En 1952, Aston Martin fabricó el DB3 con el único objetivo de ganar en Le Mans. Sin embargo, no se mostró lo suficientemente rápido, ligero y resistente para imponerse en la prueba gala. Al año siguiente, volvió con una evolución del mismo, el DB3S. Tardó dos años en empezar a ganar carrera, como las 9 horas de Goodwood, en Silverstone y terminar en segundo puesto en las 24 Horas de Le Mans de 1955, posición que repitió en 1956.
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